La primera página de este libro es de momento un cuento sin final. Por ese motivo no podré contarles cómo acaba. Lo que si se, es cómo quiero que termine, pero por desgracia aún no puedo hacerlo, espero que ese día llegue pronto.
Érase una vez un niño llamado Yeremi Vargas que nació en Las Palmas de Gran Canaria el 18 de julio de 1999. Yeremi es un chico muy activo al que le gustan mucho las motos, los quads y el karate. Tiene muchos amigos en el colegio a pesar de que es un niño muy tímido. Vivía junto a su familia en el municipio de Vecindario, en la preciosa isla de Gran Canaria, hasta que desapareció sin dejar rastro, como si la tierra se lo hubiera tragado.
Un día cualquiera, exactamente el 10 de marzo de 2007, Yeremi se divertía en los alrededores de su casa con sus primos, cuando la abuela les llamó para que subieran a comer. Todos obedientes acudieron, pero el pequeño se quedó en el solar donde jugaban. Nunca llegó a subir.
Se han cumplido cinco años de la desaparición de Yeremi Vargas. Después de todo este tiempo, la familia del canario mantiene la esperanza de encontrarle vivo. En estos momentos de desesperación, sin hallar aún un dato fiable que les lleve hasta su niño, han decidido ofrecer una cantidad “bastante razonable” para los que tengan pruebas veraces y que aún no las hayan aportado a la Guardia Civil.
Ythaisa, la madre de Yeremi, ha asegurado que "hay gente que está mal de dinero" y que "no le parece mal" que hablen a cambio de dinero mientras den datos que le puedan acercar a su hijo porque cree que todavía hay personas que no han hablado. Sin esos testimonios no se puede avanzar en la investigación.
Hasta hace poco apenas se oían novedades sobre el caso, pero coincidiendo con las fechas próximas a los cinco años de su desaparición, la Guardia Civil compareció ante los medios para dar informaciones, que hasta el momento no habían salido a la luz, y que continúan manteniendo abiertas todas las hipótesis sobre la desaparición de Yeremi Vargas. Todo ellos sin descartar que pudiera haber sido secuestrado por venganza familiar o que, incluso, pueda haber sido víctima de tráfico de seres humanos. Por ello, los agentes, creen que el niño puede seguir vivo.
Por si fuera poco, se sigue trabajando con la posibilidad de que Yeremi fuera víctima de un caso de pederastia, de un secuestro para tráfico de órganos o de un posible atropello y posterior ocultación del cadáver. Por ello, se han investigado a 195 personas acusadas de pederastia, menores de 65 años y con delitos a niños menores de quince años, a 15 presos acusados por estos mismos delitos y a varias personas de la isla vinculadas al caso.
En el momento de su desaparición, Yeremi llevaba un pantalón pirata color beige caqui, un jersey color teja con las letras 'SKHUABAN' de color naranja, zapatillas deportivas marca Nike de color blanco y dorado y unas gafas graduadas color azul con patillas amarillas. Esa ropa ya no estará sobre él lo más seguro ya que el pequeño canario en el caso de estar vivo, tendría ya 12 años. Déjenle volver, es tan sólo un niño. Me encantaría poder decir que esto es tan sólo un cuento, una pesadilla de un niño, pero no, es una realidad.
1838 días sin Yeremi, fuera de su casa, alejado de su familia. Demasiado, cinco años, sin duda, una eternidad.


Hola Patri.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog!!
Estupenda iniciativa.
Te deseo muchos seguidores y que disfrutes escribiendo.
De momento. . aquí tienes una, que también es bloguera.
Sara Huerta